Ventilación

Soluciones energéticas a medida

Los sistemas de ventilación responden a las necesidades de renovación de aire en la edificación, que nos permiten: oxigenar el aire de un local con el aire del exterior, eliminar contaminantes como polvo y olores, además de controlar el porcentaje de humedad.

Tradicionalmente «abrir ventanas» es la manera en que se ha conseguido realizar esta tarea de ventilación; pero la normativa actual de edificación exige que esta ventilación se realice aunque las ventanas no se abran. Debe garantizarse que se produce las 24 horas del día y con unos caudales mínimos.

El Código Técnico de la Edificación (CTE), en su apartado HS3 sobre la calidad interior del aire, dice que: «Los edificios dispondrán de medios para que sus recintos se puedan ventilar adecuadamente, eliminando los contaminantes que se produzcan de forma habitual durante el uso normal de los edificios, de forma que se aporte un caudal suficiente de aire exterior y se garantice la extracción y expulsión del aire viciado por los contaminantes».

El uso de sistemas de ventilación natural no permite garantizar la correcta ventilación de los locales, por lo que nosotros recomendamos el cumplimiento de esta normativa se puede realizar de varias maneras:

Ventilación mecánica autorregulable simple flujo

Ventilación mecánica higrorregulable simple flujo

Preguntas frecuentes

El Código Técnico para la Edificación (CTE) indica que la ventilación es un concepto básico que debe ser obligatorio para edificación de modo que sea capaz de eliminar los contaminantes del interior de las edificios, tales como: CO2, CO, NOx, SO2, olores, compuestos orgánicos volátiles, humedad, partículas en suspensión,… y dedica un esfuerzo especial a los riesgos del gas radón.

Estos contaminantes indicados están disponibles de manera más habitual de lo que pensamos en nuestras viviendas en formas de: polvo, barnices, pinturas, acetona, humo de tabaco, ciertos productos de limpieza, gases de combustión de productos fósiles,…

La normativa actual en viviendas de nueva edificación y en reforma es clara para en qué casos es obligatoria la instalación de un sistema de ventilación mecánica para garantizar un caudal mínimo de aire por cada una de los locales destinados a uso por personas, inclusive aunque sean trasteros.

Toda esa evolución normativa, es necesaria ya que las nuevas técnicas constructivas y las necesidades de mejorar la eficiencia energética, convierten a las edificaciones en verdaderos búnkeres térmicos que impiden la ventilación natural por puertas y ventanas, como se permitía hace años.

Un VMC o sistema de Ventilación Mecánica Controlada, es un conjunto de equipos, conducciones y materiales que permiten garantizar los mínimos de ventilación por cada una de los diferentes locales de una edificación. Podemos encontrar tres variantes:

  • VMC de simple flujo autoregulable. En esta primera variante el equipo sólo es capaz de extraer el aire de los locales indicados de una manera constante; pero es necesario que existan entradas de aire suficientes del exterior para garantizar el correcto funcionamiento del sistema (p.j.: rejillas en pared, aireadores, microventilación,…).
  • VMC de simple flujo higroregulable. En esta segunda variante, a todo lo dicho en la anterior; hay que añadir que el sistema tiene el cuenta la humedad de los locales para aumentar el caudal de aire sobre los valores mínimos preestablecidos.
  • VMC doble flujo con recuperación de calor. En esta tercera variante es el propio sistema el que recoge el aire del exterior y lo hace pasar a través de los locales antes de enviarlo otra vez al exterior. En el tránsito desde el exterior, y antes de pasar por el propio equipo, el aire es filtrado y atemperado mediante un sistema de recuperación de calor (aprovechando el propio calor de dentro de los locales). Antes de volver salir al exterior volverá a ser filtrado una segunda vez.

Un pozo canadiense es una estructura de conductos ICAT enterrados en el suelo que nos permite equilibrar la temperatura de aire que introducimos del exterior en un local, cuando hay mucha diferencia de Tª entre el exterior y el interior.

La utilización de un pozo canadiense en ventilación, nos permite en invierno no enfriar los locales; y en verano no calentarlos con el aire del exterior. Los datos de saltos térmicos que se consiguen con los ICAT dependen de cómo se diseñe el sistema.

El INEGA (Instituto Galego da Enerxía) lleva años promoviendo y publicando recomendaciones para mejorar la eficiencia energética con pequeños gestos. Consulta el decálogo para empezar a ser más eficiente.

  1. Compra de manera responsable, consultando las etiquetas energética de los productos.
  2. Reduce el uso del vehículo particular.
  3. Realiza un uso eficiente del vehículo particular.
  4. Controla el consumo de la climatización y la calefacción.
  5. Haz un uso responsable de los electrodomésticos.
  6. Aprovecha la luz natural.
  7. Optimiza el consumo de ACS (Agua Caliente Sanitaria).
  8. Ahorra cocinando.
  9. Revisa periódicamente los contratos de suministros (electricidad, gas,…).
  10. Valora las inversiones en sistemas que favorecen el autoconsumo.

Sin problema, nuestra zona de trabajo abarca toda Galicia.

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La humedad es una cierta cantidad de agua que contiene el aire, paredes, u objetos que están en contacto con el aire.

Tanto por exceso como por defecto la humedad es perjudicial; y lo más importante la relación entre la temperatura y la humedad es directamente proporcional al confort térmico que sentimos en nuestra vivienda.

El consumo eléctrico de este tipo de equipos de ventilación es bajo para el servicio que ofrecen. Tomando como referencia un piso de 100 metros cuadrados que funcione las 24 horas del día, el consumo eléctrico anual lo podemos estimar en 300kWh.

Si necesitas asesoramiento de un equipo profesional para tu instalación,
da el primer paso hacia la eficiencia energética.