Hace unos días un cliente nos contactó para renovar su vieja caldera de gasóleo. Estaba decidido a dar el cambio, ya no quería seguir gastando tanto dinero por disponer de confort en su casa; tener que apagarla de noche y encenderla por la tarde, para no gastar mucho.
En la visita a su vivienda para la toma de datos, nos dimos cuenta de que este no sería un trabajo tan sencillo como parecía inicialmente: marcas de humedad en los rodapiés, los radiadores mal dimensionados y ventanas sin doble acristalamiento.
La realidad es que sería necesario afrontar otros problemas antes que descarbonizar esta vivienda. Cada vivienda es diferente y se deben evaluar las condiciones para garantizar lo realmente importante: disponer de la temperatura adecuada en la casa y que se dispone de servicio de agua caliente sanitaria.
Para hacer nuestro trabajo bien, necesitamos conocerte.




